Podemos clasificar los abonos como abonos simples y abonos compuestos. Éstos últimos lo podemos dividir entre abonos complejos y abonos de mezcla.
Una de las tareas que tenemos que realizar para mantener el césped natural en buen estado es nutrir al césped de abono, no un abono cualquiera. Veamos qué tipos de abonos existen y cuál es el más eficaz.
Por un lado, las abonos se clasifican en abonos simples, aquellos de sólo contienen un fertilizante principal (sólo nitrógeno, sólo fósforo o sólo potasio) y los abonos compuestos que son aquellos que contienen al menos dos de los nutrientes básicos (nitrógeno, fósforo y potasio). Si bien, dentro de los abonos compuestos se encuentran los abonos complejos y los abonos de mezcla o blending. Los abonos complejos son aquellos que se obtienen mediante reacción química de las materias primas que lo componen. Son los que más se utilizan por sus grandes ventajas.
Los fertilizantes NPK tienen una amplia oferta. Así, existen los NPK tipo 1 en la que todos sus nutrientes son asimilables por las plantas y, por otro lado, los NPK tipo 2 donde el fósforo que contiene es insoluble. Muchos fabricantes ofertan abonos completos tipo 2 a un precio más barato pero realmente no contiene las mismas características que las del tipo 1. Los del tipo 2 son de menor calidad y el fósforo insoluble no es asimilable por la
planta. Sin embargo, las del tipo 1 la infiltración en el suelo es rápida y es asimilable por la planta de una forma completa.
Los segundos son mezclas físicas de distintas materias primas, sin reacción química, pero también contiene al menos dos nutrientes principales en su composición. Cada gránulo contiene un nutriente, así en cada saco existen la mezcla de los tres nutrientes independientes.
Desde Tepes Julian recomendamos los abonos complejos porque contienen nutrientes 100% solubles y asimilables por los cultivos. Son los que dan máxima rentabilidad a las tierras y al césped natural. Además, tienen otras ventajas como que reducen costes de transporte y distribución por trabajar con cantidades menores de producto, cada gránulo facilita el aprovechamiento hacia la planta, permiten una distribución uniforme y evita la separación de los componentes durante la aplicación.
En resumen, debemos elegir aquel abono que mejor se adapte a nuestras tierras, aquel que nos proporcione un ahorro de costes y que nos simplifiquen las labores de trabajo.